El informe del McKinsey Global Institute analiza las consecuencias económicas y sociales de la disminución de las tasas de fertilidad y el aumento de la esperanza de vida a nivel mundial. Se identifican tres olas de envejecimiento poblacional, con las economías avanzadas y China como las primeras afectadas.
El estudio proyecta un descenso en el crecimiento del PIB per cápita, un aumento en la dependencia de los trabajadores hacia los jubilados y cambios significativos en los patrones de consumo.
Finalmente, se ofrecen recomendaciones para los gobiernos y las empresas para adaptarse a esta nueva realidad demográfica.